La amenaza invisible que puede costar una cosecha
El trigo y la cebada son pilares de la agricultura uruguaya, pero su potencial productivo está amenazado por enfermedades foliares y de espiga. Las pérdidas económicas y la preocupación por residuos en los granos hacen imprescindible un enfoque preventivo y responsable. Investigadoras del INIA advierten que en cebada la mancha en red (Drechslera teres) fue tan severa en 2024 que algunos lotes requirieron hasta cinco aplicaciones de fungicidas(*1). En trigo, la roya amarilla, la fusariosis de la espiga y el descubrimiento de Pyricularia (blast) son las principales preocupaciones(*1).
Monitorear para decidir: cuándo intervenir
No todas las aplicaciones son necesarias. El manejo integrado de enfermedades se basa en monitorear y respetar los umbrales de daño. Para cultivares susceptibles de trigo o cebada, el umbral para iniciar tratamientos es cuando el 25 % de la hoja bandera muestra síntomas; en variedades tolerantes se puede esperar hasta el 33–50% (*1). Aplicar fungicidas antes de ese umbral no sólo aumenta los costos, sino que favorece la selección de cepas resistentes. Además, se recomienda evitar semilleros infectados provenientes del norte del país y no sembrar cebada sobre cebada para reducir el inóculo (*1).
Elegir y usar fungicidas con criterio
La rotación y mezcla de ingredientes activos es fundamental para evitar la resistencia. Especialistas recomiendan alternar azoles, carboxamidas y otros grupos químicos y evitar el uso de estrobilurinas después de la floración porque aumentan el riesgo de contaminación con micotoxinas DON(*2). También subrayan que cinco aplicaciones, como ocurrió en algunos lotes de cebada, son excesivas; lo ideal es ajustar la dosis y el momento a la evolución de la enfermedad(*1).
Más allá de la aplicación: manejo cultural y calidad
La sanidad de los cereales no depende sólo de fungicidas. La rotación de cultivos, la gestión adecuada de rastrojos y el uso de variedades resistentes son pilares de un sistema sostenible. Investigaciones recientes se centran en optimizar las estrategias para reducir residuos de fungicidas y micotoxinas, combinando dosis adecuadas, momentos oportunos y productos específicos (*3). El objetivo es lograr granos inocuos que cumplan con los exigentes mercados de exportación.
Conclusión: proteger hoy para asegurar el mañana
Cuidar la sanidad de trigo y cebada es cuidar el alimento de nuestras familias y la reputación de nuestros productos en el mundo. Un manejo basado en monitoreo, umbrales, rotación de principios activos y buenas prácticas agrícolas asegura cosechas saludables y sostenibles. Casspe está listo para acompañar a los productores con asesoramiento técnico y soluciones integrales porque cada espiga que salvamos hoy es un paso hacia un futuro próspero.
Fuentes:
(*1) revistaverde.com.uy
(*2) inia.uy
(*3) agromedios.com